ANANDA DE LUCÍA

Estos pensamientos posbudistas, como la iluminación, son heterodoxos. La ortodoxia pertenece a mentes cristalizadas en una doctrina institucional dogmática. El pensamiento budista es de naturaleza evolutiva y pedagógica, el dharma se transmite a través de las propias experiencias basadas en el estudio, la meditación y la acción, con una gran apertura mental. Los budismos históricos, a lo largo de los siglos, han 'inventado' conceptos inspirados en los Vedas, luego en los múltiples sutras que transcriben aspectos de las enseñanzas de los budas y bodhisattvas, en la meditación, la reflexión y las influencias de pensadores indios y tibetanos, luego en China y Japón sincretizando los noumenos taoístas, animistas y confucianos para producir varios sistemas de pensamiento. Estas escuelas fueron estudiadas por académicos (no espiritistas) en Occidente y luego en Oriente durante los siglos XIX y XX. Desde entonces, muchos espiritistas de la Nueva Era han continuado con esta 'tradición' oriental de estudio, meditación y acción. Esto ha dado lugar a nuevos sincretismos y métodos operativos inspirados, pero diferentes, de los antiguos ejercicios budistas (yoga, mantra, yantra, meditaciones). De ahora en adelante en el siglo XXI, si las escuelas budistas tradicionales todavía ejercen y tienen arraigado a sus seguidores, se están desarrollando pensamientos posbudistas libres de doctrinas y dogmas oficiales, ya sea en grupos constituidos o individualmente, según el principio histórico del impulso de apertura y liberación espiritual de las filosofías budistas. En este contexto, el Ser construyendo su relación con el Mundo, desarrolla su punto de vista espiritual inspirándose en una pluralidad de conceptos según sus necesidades. Modela elementos filosóficos y metafísicos a su disposición para crear a partir de ellos su proyección de existencia en el Mundo. Así se desarrollan los 'sueños de evolución' humanos individuales proyectados por Seres despiertos, siguiendo los conceptos y modalidades de la no acción y la benevolencia, y que inciden en el futuro de la Humanidad a través de diversas formas de conceptualización y concretización (alternativas éticas). La 'evolución del sueño' reemplaza a la revolución cultural social y política.